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La entrevista comienza con los recuerdos de las clases de castellano Emilia: Disfrutaba... disfrutaba hablándolo. Nos hacían hablar: "se dice así, se dice así, ¡dilo otra vez!" Y nos lo enseñaban al pie de la letra. Y, sí, sí, fuimos aprendiendo y... sabíamos hablarlo bastante. Anna: Hablaba castellano en la escuela, pero después... Emilia: ¡En la escuela, pero fuera de ella, no! Fuera, decía la profesora, "hablad lo que queráis, pero aquí no quiero oír ni una palabra catalana. Si no os voy a castigar..." porque tenía esa consigna. Había algo como una... una... canción... Anna: ¿Sí...? Emilia: ... que cantábamos. Nos la hacían cantar al salir de clase y al entrar: salve la bandera de mi patria, salve Anna: ¿Y les hacían sacar la bandera, encima? (risas) Emilia: Salve la bandera de mi patria, salve Pepita: ¿Y todavía recuerda como seguía? Emilia: Sí... No, no podría acordarme, no... Anna: Pero, ¿sacaban la bandera de verdad? Emilia: Sí, sí, la bandera... Y después,
espera, que primero la canción era en catalán, pero ya después
cambiaron el texto y lo trajeron en castellano y nos la hacían
cantar, al entrar y al salir de clase. Anna: ¿Y leer y escribir? Emilia: ... Anna: ¿A leer y escribir les enseñaban? Emilia: Sí... Sí, sí, nos enseñaban, nos lo enseñaban. Por la mañana a escribir, y leer, y salir a la pizarra, las cuentas, hacer dictados...y luego corrección, nos hacían corregir... Decían: "Ahora, ¿cómo se escribe esta palabra? Con hache intercalada, ¿no?" Teníamos para un ratito, nos hacía decir las faltas que había... Sí enseñaba, enseñaba. |
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Anna: ¿Y podían escribir bien, si no sabía hablar castellano bien del todo, o sólo un poquito? Emilia: Sí... sí, sí. Sí escribíamos, sí, ya lo creo. ¡Mucho! Así era como lo aprendíamos así. Emilia habla de su maestra. Emilia: Mira, a ella le tocó Toloriu... Estuvo allí... Anna: ¿Sólo estaba en Toloriu? ¿No daba clases en otros pueblos? Emilia: No. Tenía la plaza en Toloriu. Se iba a su casa, volvía ... Tuvo la plaza durante catorce años. Anna: ¡Catorce años! Y usted siempre tuvo clase con ella... Emilia: Sí, siempre, siempre, siempre. Nos enseñaba bien, sí. Y era una buena mujer... Anna: ¿Y todos los del pueblo iban juntos a clase? ¿De todas las edades, grandes y pequeños? Emilia: Todos, todos... venía gente del Que, venia gente de Bar, subían del Pont...Éramos un mogollón, ¿eh? Éramos un montón. Los mayores enseñaban el abecedario a los más pequeños, "la a, la b..." y todo eso. Los mayores nos teníamos que encargar de enseñar a los más pequeños .... es que, como éramos mayores: "a ti te toca éste, éste, éste y éste" Le costó trabajo, porque éramos muchos y porque, no creas, nos costaba aprender. Pero aprendimos, aprendimos. No nos olvidábamos para que no nos castigase. Anna: ¿Y les castigaba de verdad? ¿O solamente lo decía? Emilia: No nos castigaba mucho, sólo lo decía para meternos miedo, porque la mujer tenía voluntad, porque quería que nos expresáramos en castellano. Anna: ¿Y había inspectores que lo controlaban? Porque Pepita me ha contado que ella tenía. Emilia: Sí, una vez vino, sí, una vez vino uno. Y la maestra dijo: "Ahora os preguntará cosas". Nos preparó con lo que le pareció mejor, sí, sí, sí que vino. Y luego vio a todos esos chiquillos, y ya nos lo vio que éramos un poco tontitos, y nos dijo: "Hacedme un dibujo, un dibujito. Me dibujaréis un campanario, pero que no sea como el de este pueblo, que sea acabado." Es que el campanario de Toloriu era cuadrado y los campanarios se acaban en punta y él, eso, decía: "Un campanario, pero no como el de este pueblo, que sea acabado." De esto, sí me acuerdo. |
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Anna: Y libros, ¿tenían libros, padrina (abuela en catalán)? ¿Leían libros, estudiaban con libros? Emilia: Libro, teníamos uno. Un manuscrito, pequeño. Y luego, otro libro por la tarde, Páginas selectas, se llamaba. Anna: ¿Y de qué era, el de Páginas Selectas? Emilia: Había, mira, de todo. Había de todo. Ella nos lo hacía estudiar el jueves, el jueves por la mañana, porque por la tarde no teníamos escuela. El jueves por la mañana nos tocaba doctrina porque el domingo, el capellán nos sentaba allí, cerca del prado, y allí nos preguntaba. Anna: ¡Ah! Entonces estudiaban el jueves. Y el capellán también les preguntaba en castellano. Emilia: Sí, el capellàn también nos preguntaba en castellano. La misa era en latín y los sermones, en su mayoría, en castellano o en latín. Según la parroquia o la época histórica, el sermón podía ser en catalán. Emilia y Pepita convienen en que todo el mundo asistía a misa y nadie entendía nada, independientemente de cuál fuera la lengua del sermón. |
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Anna: ¿Os mandaban deberes para casa? Emilia: Sí, un poquito, estudiar un poco de la lección del libro. Había de "Primer grado" y "Segundo grado". Había historia sagrada, había historia de España... Era bien bonito... Pepita: Y los ríos y los lagos Emilia: Sí, los ríos y los lagos ... Pepita: Eso. Emilia: ...y las provincias Pepita: Así era casi lo que nos hacían estudiar a nosotros. No había cambiado tanto. Emilia y Pepita hablan de la caligrafía, de los tipos de letra que tenían que aprender a hacer. Del " Primer Grado", que era un libro más pequeño y, cuando se lo sabían, pasaban al segundo, más grande. Emilia: Sí, teníamos que leer ese "Páginas Selectas". Era bastante grande. Oh, y era bonito, bonito... Pepita: ¿Y les hacían salir a leer, de uno en uno? Emilia: Nos hacían poner así, en círculo
alrededor de la mesa y hacían leer a cada uno. Y el uno retomaba
al otro. |
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Emilia recuerda que ella, y todos los niños tenían que ir a la escuela porque la maestra así lo mandaba. Su autoridad, justificada por la necesidad de aprender, eran razones suficientes para disuadir a todas las casas de emplear a los niños como mozos todo el año. Emilia: A mí la maestra me daba mucha pena porque tenía barba. Empleó tantos remedios y ungüentos para no tener que afeitarse que la cara se le llagó, luego se le infectó. Se marchó a su casa y pasó mucho tiempo sin volver. Anna: ¿cuándo ella se fue, hubo otro maestro? Emilia: Entonces vino uno, uno viejo, que no se quedó mucho tiempo. Al cabo de eso vino otro, que tampoco estuvo mucho... No se quedó ninguno, se marchaban, se iban... y es que en un pueblo así... Pepita: Ahí en Toloriu, además de ésta que tuvieron durante tantos años... y después de la guerra, el señor Carlos, que estuvo durante bastantes años... Emilia: ¡Ay, el señor Carlos! Ése era bueno... Pepita: ... pero quitando a éstos, el resto sólo fue ir y venir. Emilia: y luego ya no hubo escuela... |
Pepita recuerda que Emilia fue a la escuela en tiempos de Alfonso XIII, durante los dos primeros decenios del siglo XX. Explica que su madre, Maria Obiols Nadal, unos diez años más joven que Emilia, fue a una escuela de pueblo, en un valle parecido. Maria recibió enseñanza en catalán durante un corto período al proclamarse la Segunda República. A partir del 39 y prácticamente durante los 40 años siguientes, se continuó imponiendo el uso del castellano en la escolarización. |
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Enlaces Mapas y fotografías de los pueblos de la zona: El Quer,
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